¿Habría algo más
prodigioso que un auténtico fantasma? El
inglés Johnson anheló, toda su vida, ver uno; pero no lo consiguió, aunque bajó
a las bóvedas de las iglesias y golpeó féretros. ¡Pobre Johnson! ¿Nunca miró
las marejadas de vida humana que amaba tanto? ¿No se miró siquiera a sí mismo?
Johnson era un fantasma, un fantasma auténtico; un millón de fantasmas lo
codeaba en las calles de Londres. Borremos la ilusión del Tiempo, compendiemos
los sesenta años en tres minutos, ¿qué otra cosa era Johnson, qué otra cosa
somos nosotros? ¿Acaso no somos espíritus que han tomado un cuerpo, una
apariencia, y que luego se disuelven en aire y en invisibilidad?
De Sartor Resartus (1834), de THOMAS
CARLYLE.
En Borges, Jorge Luis; Ocampo, Silvina; Bioy
Casares, Adolfo: Antología de la
literatura fantástica, Sudamericana, Buenos Aires, 1940. Pág. 204.
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